miércoles, 28 de febrero de 2007

La Crónica-El Mundo: Miércoles, 28 de Febrero de 2007

OPINIÓN NOCIÓN PERSONAL
La bandera bercianista


ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL

En los manuales clásicos sobre el arte de la guerra la bandera era el símbolo, la clave, la puerta de comunicación entre la gloriosa victoria y la triste derrota. Era eso y mucho más. Conquistar la insignia al enemigo era dejarle sin honor, sin corazón, sin nada. Portarla, el mayor de los honores sólo reservado para unos pocos privilegiados. En el Bierzo, muchos quieren ser sus abanderados, y sin embargo, nadie tiene su exclusiva. Si atendemos a derechos históricos, el Partido del Bierzo se erige como su principal valedor por tradición. Si atendemos a vinculaciones con la comarca, el MASS representa la versión berciana del leonesismo regionalista al presentarse de la mano con la UPL. Si escuchamos a las huestes socialistas, ellos son los únicos que de verdad pueden representar al Bierzo institucionalmente porque gobiernan desde siempre su única y original institución, esto es, el Consejo Comarcal. En el Partido Popular de la zona el objetivo es claro: «dar al Bierzo lo que le pertenece por derecho propio. Tratarlo como una provincia sin serlo». Todos. Absolutamente todos se creen, como antaño en la península hispánica, descendientes del Cid; como en los países musulmanes, descendientes de Mahoma; como en las viejas familias de Astorga o Villafranca, de viejo abolengo perdido en la nostalgia. Todos. Absolutamente todos. Tiene su concepto del Bierzo, el auténtico, el mejor, el... De momento, como dije aquí y el compañero César Gavela reconoció después, el Bierzo debe caminar hacia la construcción de un Gran Ayuntamiento Comarcal dividido en áreas de gobierno específicas. ¿Y en los próximos comicios? ¿Quién se llevará el voto bercianista? ¿El voto del corazón, del sentimiento, de la reclamación? En este sentido el que parece llevar ventaja para ocupar el prestigioso puesto de abanderado es el PB, quien en una campaña personal, de boca a boca, visitando municipio por municipio, bar por bar y con acciones un tanto simbólicas como las pancartas y banderas en Fuensaldaña, Consejo, los carteles reivindicativos ante la visita del presidente Zapatero, Herrera, etc; es el que más se está moviendo, si bien, no se puede precisar si está acertando con su estrategia. Y es que el tercer puesto del podium electoral en esta ocasión, se encuentra más abierto que nunca. ¿Se romperá el bipartidismo el 27 de mayo? Pronto para intuirlo.

martes, 20 de febrero de 2007

EL ARTE DEL PUNTAL Ácida crítica al maltrecho patrimonio berciano.


FERNANDO TASCÓN (LA CRÓNICA EL MUNDO 8-1-2.006)
Nos hemos pasado toda una vida académica dedicada al cíclico repaso de los modelos de columna clásica, para descubrir repentinamente que esa delicada conjunción de arquitectura y arte, esa serena mezcla entre estilo y resistencia se había convertido en un puntal de obra que sujeta las miserias de Santiago de Peñalba ¡San Genadio nos asista; a nosotros y al sacrosanto colegio de arquitectos! Por suerte, no todo está perdido: un puntal tan irreverentemente colocado en sustitución de la columna original puede considerarse un valor artístico añadido. Un vistazo a la iglesia de Peñalba se actualiza hoy con esa presencia insolente y metálica que funciona a rosca. Poner un puntal en la joya mozárabe es de tal atrevimiento vanguardista que no me explico cómo es posible que todavía no hayan pedido el traslado del conjunto al Musac: por una parte para rellenar alguna de las salas y por otra, para no perder la oportunidad de practicar el ancestral deporte de llevarse a León las cosas de valor del Bierzo. Un puntal de obra en Peñalba es una advertencia de cuáles pueden ser las funestas consecuencias del deterioro patrimonial. En Castilla y León hemos encargado el mantenimiento patrimonial a Manolo y Benito. Se derrocha un potosí en lucir las iglesias de Ponferrada, de más que dudoso valor artístico, y mientras tanto, se deja puesto un puntal para sujetar una de las preciosidades históricas de la tebaida berciana, verdadero elemento singular de valores inabarcables por la humilde prosa que aquí asoma. Ustedes, al igual que nosotros, conocieron que las columnas clásicas pertenecían a una de las tres categorías conocidas como dórica, jónica y corintia; ahora, hemos descubierto otra más, la columna jódica, un elemento de sustentación que, cuando lo ves por primera vez, te obliga a expresar un sonoro: ¡no me jodas! Esperamos que las autoridades competentes se hayan pertrechado, sea por medio de carta a los reyes magos o por méritos propios, del auténtico kit del restaurador actual, un cajón lleno de utilidades de primera necesidad para casos de rotura o desprendimiento. Rollos de cinta adhesiva, tubos de loctite e imedio, esparadrapo sanitario, lija gruesa y una trece-catorce para reparar las fracturas en la piedra; plástico de invernadero para los problemas de filtración; masilla para pegar las vidrieras; escuadras para sujetar las gárgolas y pintura plástica para tapar defectos.
Ahora ya sabemos por qué se rompió la columna original, no fueron ni la humedad, ni el paso de los años, ni la dejación de responsabilidades administrativas, ni los ataques vandálicos anticlericales ni los terremotos: la columna se partió de risa al saber con qué iban a cubrir el hueco que dejasen sus pedazos.

viernes, 2 de febrero de 2007

La Crónica-El Mundo: Viernes, 02 de febrero de 2007
JOSÉ LUIS SUÁREZ ROCA
Por el camino de la ficción
«Hay mucho esquizofrénico en Ponferrada, te lo digo yo, muchos más de los que tú te imaginas.» Ella es una joven abogada, de vez en cuando le toca una de esas guardias nocturnas que hay que hacer en la comisaría, así que no seré yo quien ponga en duda tal sentencia. Y se sobreentiende que lo que hay es mucho esquizofrénico 'suelto', no encerrado. ¿Qué demonios pues está ocurriendo aquí? ¿Cómo se puede saber si nos hallamos ante uno de esos esquizofrénicos sueltos? ¿A cuantos kilómetros estamos todavía del peligro real?
Pero a este lado de la ardiente y apostólica ciudad de Ponferrada, más que el misterioso 'proceso' de los esquizofrénicos, preocupa hoy lo que pueda pasar una vez que todos ellos -o sea La Junta, el Consejo, el Consistorio, el Obispado, la Falange Angelical del Bierzo, etc.-- abran las puertas comarcales de las 'Edades del Hombre'. ¿Serán adecuadas las estrategias que se están perfilando para atraer al mayor número de devoradores de arte sacro y no sacro? No estoy insinuando que algo habría que hacer con todos esos esquizofrénicos hermosos y malditos que andan sueltos por ahí. Pero nunca se sabe a este lado del purgatorio... ¿Dónde coños está encerrada la verdadera Cruz de Peñalba? Donde no debiera estar. ¿Y después de las 'Edades' cuál habría de ser el destino final de nuestra Cruz? Tal vez para entonces el verbo se haya hecho agua y no sea ya posible que habite entre nosotros.
'Yo soy el Camino' nos parece por el momento un lema seductor, tremendamente artístico, de lo más poéticamente persuasivo que se ha podido idear para promocionar las Edades Bercianas del Hombre. «Yo soy el Camino de Santiago», dice efectivamente el propio Camino. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida», dijo cierto día Jesucristo. «Yo soy el Camino, así que siempre que te sientas perdida, llámame», no cesa de decirnos por Internet la mística Vassula Ryden. «Si tú eres la yegua de ámbar, yo soy el camino de sangre», dicen los primeros versos de un poema alucinante de Octavio Paz. De manera que, por ese camino, seguro que no habrá pérdidas. Ya estoy oyendo la voz de un cura muy amigo mío: «Las 'Edades del Hombre' derrotarán por fin a todas esas potencias comarcales del Mal que cortapisan el Camino del Bierzo.»
«La ficción suspende la realidad e invita a vivir otra no menos real», repiten los comediantes, cantantes y políticos que salen actualmente por las pantallas. Eso mismo ha querido significar el señor Ibarretxe al declarar temblando como un enfermo mental que España es un país de locos. Y ese es al fin y al cabo el Camino real por el que se van perdiendo todos los esquizofrénicos sueltos de Ponferrada y el resto de esta república cisastur. El Camino de la Ficción nos trae como por el camino de la amargura. Pero a veces es el único camino que podemos seguir para tratar de comprender qué es lo que está pasando aquí. ¿Por qué hay tanto esquizofrénico suelto por el Bierzo? ¿Por qué no nos sueltan de una puñetera vez la verdadera Cruz de Peñalba? ¿Es que no posee el estado del Bierzo un seguro calabozo religioso donde haya de quedar encerrada para siempre? «Yo soy el auténtico Camino», nos dice la Ficción cada día al levantarnos. Y por él nos vamos todos poco a poco reencontrando.