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Militantes y simpatizantes del PB protestan en las dependencias de la Junta por la "precaria situación" del Área de Salud del Bierzo | ||||||||||||||
"Con esta protesta se simbolizan los 20-30 ingresos diarios que se dan en nuestro colapsado Hospital, a la vez que denunciamos que el plan de modernización de la Junta lo margina", señalan los bercianistas. | ||||||||||||||
Actualizado el 05/04/2007 a las 02:21(CET) | ||||||||||||||
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Una veintena de militantes y simpatizantes del Partido del Bierzo visitaron este miércoles las oficinas de la Junta de Castilla y León en Ponferrada para protestar por la "precaria situación" del Área de Salud de El Bierzo, "a cargo desde hace unos años y con plenas competencias de la Junta de Castilla y León". "Con esta protesta se simbolizan los 20-30 ingresos diarios que se dan en nuestro colapsado centro hospitalario. Muchos de estos enfermos son aparcados por falta de espacio en los pasillos de Urgencias. Sus familiares son hacinados en una sala de espera insuficiente y abarrotada. El personal hospitalario está desbordado. En estas condiciones ni se puede trabajar ni puede estar de una manera digna un enfermo", lamenta el secretario general del PB, Iván Alonso.
En el acto tomaron partida cargos públicos del PB, como el concejal de Camponaraya, José Luis Corullón o Abelardo Vega, de Fabero, además de las Juventudes del PB, simpatizantes, afiliados, movimientos sociales y culturales, como el Foro Cultural por la Provincia del Bierzo, y miembros de la Junta Directiva, como Fernando Valcarce o Juan Carlos Vázquez. "Exigimos una Ciudad Hospitalaria en El Bierzo, más profesionales, presupuesto, personal, especialidades (sobre todo respiratorias) y un Centro Sociosanitario en Bembibre, así como abrir de una vez y a pleno rendimiento el Centro Sociosa |
viernes, 6 de abril de 2007
viernes, 30 de marzo de 2007
viernes, 30 de marzo de 2007 La Crónica-El Mundo
JOSÉ LUIS SUÁREZ ROCA
Cáliz, Patena y Cruz
Nunca he tenido la oportunidad de admirar la Patena y el Cáliz de san Genadio que se guardan en el museo del Louvre. Va uno a París a vivir 'la vida en rosa' y se pierde sin querer por otros barrios, por otros caminos de salvación que llevan a Pigalle, el Trocadero y esos cafés donde se emborrachaban de literatura y patafísica Hemingway, Cortázar, Boris Vian... O sea que entre conciertos de jazz, lingotazos de absenta a la orilla izquierda del Sena y alguna que otra relación sentimental con 'magas' de otros mundos, se nos pasan las noches de París y parte de las mañanas y ya no hay tregua para recordar siquiera que allí, en el vasto museo aquel, se hallan encerrados el Cáliz y la Patena de nuestro beatísimo san Genadio. Pero la última vez que salí de París por el Camino del Bierzo salí con el presentimiento de que muy pronto iba yo a poder contemplarlos. Pues me acordé de que en Ponferrada se estaba preparando el invento de las 'Edades del Hombre' y qué mejor lugar y ocasión para admirar al fin esas dos joyas tan preciosas de la historia cultural berciana.
Mi gozo en un pozo: el comisario diocesano de las Edades, nuestro señor Voces Jolías, ha insinuado que ambas reliquias no estarán presentes en la exposición. ¿Vamos a resignarnos a ver solamente la Arqueta y la Jarra de Nuestra Señora? Pues no, señor nuestro, no.
Así que la República Floral del Bierzo debería idear inmediatamente un plan para alcanzar su decente objetivo. Me parece a mí que en primer lugar sería preciso restablecer las relaciones diplomáticas y sensuales con la República Gabacha, rotas desde la invasión de Cacabelos por las huestes de Napoleón I. ¿Por qué no invitar formalmente a su próxima gobernanta, la princesa socialista Ségolène Royal, a que se dé una vuelta por aquí y traiga de paso el bañador? Una visita al remozado castillo templario, otra visita a las obras del Camino de las Estrellas, dos visitas nocturnas a las bodegas legendarias de la 'rive gauche' del Sil, unos baños en la playa del Pajariel y... Oh, las aguas amorosas del Cantatlántico, oh messieurs, c'est delicieux, j'aime beaucoup les ondes de la mer Cantatlantique... Y de este modo la bellísima señora Ségolène no sólo se marcharía del Bierzo morena, que bastante falta le hace, sino también plenamente convencida, cómo no, de la urgente necesidad que esta salada República Floral tiene de reconquistar sus reliquias religiosas más antiguas... Oh, ma Ségolène Royal, je l'adore, j'aime beaucoup su boca de princesita roja, sus ojillos de diva neoexistencialista, sus andares de dama católica y visionaria... ¿De verdad que le han placido las olas y las arenas de nuestra playa sideral? ¿De verdad que nos enviará bien embaladitos el Cáliz y la Patena llamados de san Genadio? Madame Ségolène Royal, yo así lo espero, au revoir, ma belle Ségolène, hasta el verano que viene en París... Por supuesto que la despediríamos con los compases de 'La vie en rose'.
Y de la auténtica Cruz de Peñalba, cruz que nos tienen guardada los santísimos cazurros de León, vale más no hablar. Quiero decir que valdría más que no se les ocurriese traerla hasta Ponferrada para que pudiésemos descubrirla, porque... porque entonces nunca más volvería a cruzar el Manzanal.
JOSÉ LUIS SUÁREZ ROCA
Cáliz, Patena y Cruz
Nunca he tenido la oportunidad de admirar la Patena y el Cáliz de san Genadio que se guardan en el museo del Louvre. Va uno a París a vivir 'la vida en rosa' y se pierde sin querer por otros barrios, por otros caminos de salvación que llevan a Pigalle, el Trocadero y esos cafés donde se emborrachaban de literatura y patafísica Hemingway, Cortázar, Boris Vian... O sea que entre conciertos de jazz, lingotazos de absenta a la orilla izquierda del Sena y alguna que otra relación sentimental con 'magas' de otros mundos, se nos pasan las noches de París y parte de las mañanas y ya no hay tregua para recordar siquiera que allí, en el vasto museo aquel, se hallan encerrados el Cáliz y la Patena de nuestro beatísimo san Genadio. Pero la última vez que salí de París por el Camino del Bierzo salí con el presentimiento de que muy pronto iba yo a poder contemplarlos. Pues me acordé de que en Ponferrada se estaba preparando el invento de las 'Edades del Hombre' y qué mejor lugar y ocasión para admirar al fin esas dos joyas tan preciosas de la historia cultural berciana.
Mi gozo en un pozo: el comisario diocesano de las Edades, nuestro señor Voces Jolías, ha insinuado que ambas reliquias no estarán presentes en la exposición. ¿Vamos a resignarnos a ver solamente la Arqueta y la Jarra de Nuestra Señora? Pues no, señor nuestro, no.
Así que la República Floral del Bierzo debería idear inmediatamente un plan para alcanzar su decente objetivo. Me parece a mí que en primer lugar sería preciso restablecer las relaciones diplomáticas y sensuales con la República Gabacha, rotas desde la invasión de Cacabelos por las huestes de Napoleón I. ¿Por qué no invitar formalmente a su próxima gobernanta, la princesa socialista Ségolène Royal, a que se dé una vuelta por aquí y traiga de paso el bañador? Una visita al remozado castillo templario, otra visita a las obras del Camino de las Estrellas, dos visitas nocturnas a las bodegas legendarias de la 'rive gauche' del Sil, unos baños en la playa del Pajariel y... Oh, las aguas amorosas del Cantatlántico, oh messieurs, c'est delicieux, j'aime beaucoup les ondes de la mer Cantatlantique... Y de este modo la bellísima señora Ségolène no sólo se marcharía del Bierzo morena, que bastante falta le hace, sino también plenamente convencida, cómo no, de la urgente necesidad que esta salada República Floral tiene de reconquistar sus reliquias religiosas más antiguas... Oh, ma Ségolène Royal, je l'adore, j'aime beaucoup su boca de princesita roja, sus ojillos de diva neoexistencialista, sus andares de dama católica y visionaria... ¿De verdad que le han placido las olas y las arenas de nuestra playa sideral? ¿De verdad que nos enviará bien embaladitos el Cáliz y la Patena llamados de san Genadio? Madame Ségolène Royal, yo así lo espero, au revoir, ma belle Ségolène, hasta el verano que viene en París... Por supuesto que la despediríamos con los compases de 'La vie en rose'.
Y de la auténtica Cruz de Peñalba, cruz que nos tienen guardada los santísimos cazurros de León, vale más no hablar. Quiero decir que valdría más que no se les ocurriese traerla hasta Ponferrada para que pudiésemos descubrirla, porque... porque entonces nunca más volvería a cruzar el Manzanal.
miércoles, 7 de marzo de 2007
EL NUEVO BERCIANISMO
(y nuestro patrimonio cultural)
Javier Martínez
(Portavoz del Foro Cultural por la Provincia de El Bierzo)
Como portavoz del Foro Cultural por la provincia de El Bierzo y afiliado del Partido de El Bierzo una de las asignaturas pendientes que más me duele no haber conseguido, aún, desarrollar es la divulgación de nuestra amplia cultura y patrimonio.
El Partido de El Bierzo durante muchos años perdió "el norte" y en vez de marcar él las reglas del "juego" se dejo llevar a un terreno de batallas políticas ajeno a su esencia y ahí perdió su identidad y su razón de ser.
De un tiempo a está parte varios afiliados, alguno con antigüedad otros noveles, han intentado recuperar aquel espíritu, que podría atreverme a calificar, siendo un poco pretencioso, de romántico. Romántico en el sentido de aquellos políticos e intelectuales decimonónicos que reivindicaron no solo las tradiciones y la cultura general y en general sino también ese afán reivindicativo, esas ganas de ver progreso, compaginado con un incipiente ecologismo defensor de la belleza de la naturaleza virgen.
Los bercianos, en su gran mayoría tenemos un gran desconocimiento de la amplitud de nuestra cultura propia, de nuestro patrimonio cultural, tanto de bienes inmuebles y muebles como de nuestro patrimonio intangible formado por leyendas, canciones y mitología.
Es paradójico, pero tienen que ocurrir sucesos como el de la desaparición de esta pieza, el bajorrelieve de la ermita de Santa Cruz de Montes de Valdueza, de una de nuestras joyas patrimoniales para que los bercianos nos interesemos y no veamos "esas cosas" como simples piedras, sino como parte de nuestra identidad, de nuestra conciencia como pueblo.
Me ha sorprendido la cantidad de gente que, sin ser yo un docto en la materia, me han pedido que les explique un poco de la historia de estas piezas, un poco de la historia de El Bierzo, un poco de su historia.
Tal vez sea pretencioso, pero tengo la esperanza y empieza a surgir en mi la convicción de que por fin estemos en el camino correcto. Tal vez este regionalismo apartado de los cánones habituales en los que se suelen enmarcar los movimientos regionalistas, este regionalismo, este bercianismo que dice que berciano es aquel que quiera serlo con independencia de donde haya nacido o donde viva y que la única frontera que tiene El Bierzo la llevan los bercianos consigo mismo en el corazón, tal vez sea el regionalismo, el bercianismo que nos ayude a construir un Bierzo mejor, un Bierzo para todos y un Bierzo con futuro.
El Partido de El Bierzo durante muchos años perdió "el norte" y en vez de marcar él las reglas del "juego" se dejo llevar a un terreno de batallas políticas ajeno a su esencia y ahí perdió su identidad y su razón de ser.
De un tiempo a está parte varios afiliados, alguno con antigüedad otros noveles, han intentado recuperar aquel espíritu, que podría atreverme a calificar, siendo un poco pretencioso, de romántico. Romántico en el sentido de aquellos políticos e intelectuales decimonónicos que reivindicaron no solo las tradiciones y la cultura general y en general sino también ese afán reivindicativo, esas ganas de ver progreso, compaginado con un incipiente ecologismo defensor de la belleza de la naturaleza virgen.
Los bercianos, en su gran mayoría tenemos un gran desconocimiento de la amplitud de nuestra cultura propia, de nuestro patrimonio cultural, tanto de bienes inmuebles y muebles como de nuestro patrimonio intangible formado por leyendas, canciones y mitología.
Es paradójico, pero tienen que ocurrir sucesos como el de la desaparición de esta pieza, el bajorrelieve de la ermita de Santa Cruz de Montes de Valdueza, de una de nuestras joyas patrimoniales para que los bercianos nos interesemos y no veamos "esas cosas" como simples piedras, sino como parte de nuestra identidad, de nuestra conciencia como pueblo.
Me ha sorprendido la cantidad de gente que, sin ser yo un docto en la materia, me han pedido que les explique un poco de la historia de estas piezas, un poco de la historia de El Bierzo, un poco de su historia.
Tal vez sea pretencioso, pero tengo la esperanza y empieza a surgir en mi la convicción de que por fin estemos en el camino correcto. Tal vez este regionalismo apartado de los cánones habituales en los que se suelen enmarcar los movimientos regionalistas, este regionalismo, este bercianismo que dice que berciano es aquel que quiera serlo con independencia de donde haya nacido o donde viva y que la única frontera que tiene El Bierzo la llevan los bercianos consigo mismo en el corazón, tal vez sea el regionalismo, el bercianismo que nos ayude a construir un Bierzo mejor, un Bierzo para todos y un Bierzo con futuro.
miércoles, 28 de febrero de 2007
La Crónica-El Mundo: Miércoles, 28 de Febrero de 2007
OPINIÓN NOCIÓN PERSONAL
La bandera bercianista
ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL
En los manuales clásicos sobre el arte de la guerra la bandera era el símbolo, la clave, la puerta de comunicación entre la gloriosa victoria y la triste derrota. Era eso y mucho más. Conquistar la insignia al enemigo era dejarle sin honor, sin corazón, sin nada. Portarla, el mayor de los honores sólo reservado para unos pocos privilegiados. En el Bierzo, muchos quieren ser sus abanderados, y sin embargo, nadie tiene su exclusiva. Si atendemos a derechos históricos, el Partido del Bierzo se erige como su principal valedor por tradición. Si atendemos a vinculaciones con la comarca, el MASS representa la versión berciana del leonesismo regionalista al presentarse de la mano con la UPL. Si escuchamos a las huestes socialistas, ellos son los únicos que de verdad pueden representar al Bierzo institucionalmente porque gobiernan desde siempre su única y original institución, esto es, el Consejo Comarcal. En el Partido Popular de la zona el objetivo es claro: «dar al Bierzo lo que le pertenece por derecho propio. Tratarlo como una provincia sin serlo». Todos. Absolutamente todos se creen, como antaño en la península hispánica, descendientes del Cid; como en los países musulmanes, descendientes de Mahoma; como en las viejas familias de Astorga o Villafranca, de viejo abolengo perdido en la nostalgia. Todos. Absolutamente todos. Tiene su concepto del Bierzo, el auténtico, el mejor, el... De momento, como dije aquí y el compañero César Gavela reconoció después, el Bierzo debe caminar hacia la construcción de un Gran Ayuntamiento Comarcal dividido en áreas de gobierno específicas. ¿Y en los próximos comicios? ¿Quién se llevará el voto bercianista? ¿El voto del corazón, del sentimiento, de la reclamación? En este sentido el que parece llevar ventaja para ocupar el prestigioso puesto de abanderado es el PB, quien en una campaña personal, de boca a boca, visitando municipio por municipio, bar por bar y con acciones un tanto simbólicas como las pancartas y banderas en Fuensaldaña, Consejo, los carteles reivindicativos ante la visita del presidente Zapatero, Herrera, etc; es el que más se está moviendo, si bien, no se puede precisar si está acertando con su estrategia. Y es que el tercer puesto del podium electoral en esta ocasión, se encuentra más abierto que nunca. ¿Se romperá el bipartidismo el 27 de mayo? Pronto para intuirlo.
OPINIÓN NOCIÓN PERSONAL
La bandera bercianista
ALEJANDRO J. GARCÍA NISTAL
En los manuales clásicos sobre el arte de la guerra la bandera era el símbolo, la clave, la puerta de comunicación entre la gloriosa victoria y la triste derrota. Era eso y mucho más. Conquistar la insignia al enemigo era dejarle sin honor, sin corazón, sin nada. Portarla, el mayor de los honores sólo reservado para unos pocos privilegiados. En el Bierzo, muchos quieren ser sus abanderados, y sin embargo, nadie tiene su exclusiva. Si atendemos a derechos históricos, el Partido del Bierzo se erige como su principal valedor por tradición. Si atendemos a vinculaciones con la comarca, el MASS representa la versión berciana del leonesismo regionalista al presentarse de la mano con la UPL. Si escuchamos a las huestes socialistas, ellos son los únicos que de verdad pueden representar al Bierzo institucionalmente porque gobiernan desde siempre su única y original institución, esto es, el Consejo Comarcal. En el Partido Popular de la zona el objetivo es claro: «dar al Bierzo lo que le pertenece por derecho propio. Tratarlo como una provincia sin serlo». Todos. Absolutamente todos se creen, como antaño en la península hispánica, descendientes del Cid; como en los países musulmanes, descendientes de Mahoma; como en las viejas familias de Astorga o Villafranca, de viejo abolengo perdido en la nostalgia. Todos. Absolutamente todos. Tiene su concepto del Bierzo, el auténtico, el mejor, el... De momento, como dije aquí y el compañero César Gavela reconoció después, el Bierzo debe caminar hacia la construcción de un Gran Ayuntamiento Comarcal dividido en áreas de gobierno específicas. ¿Y en los próximos comicios? ¿Quién se llevará el voto bercianista? ¿El voto del corazón, del sentimiento, de la reclamación? En este sentido el que parece llevar ventaja para ocupar el prestigioso puesto de abanderado es el PB, quien en una campaña personal, de boca a boca, visitando municipio por municipio, bar por bar y con acciones un tanto simbólicas como las pancartas y banderas en Fuensaldaña, Consejo, los carteles reivindicativos ante la visita del presidente Zapatero, Herrera, etc; es el que más se está moviendo, si bien, no se puede precisar si está acertando con su estrategia. Y es que el tercer puesto del podium electoral en esta ocasión, se encuentra más abierto que nunca. ¿Se romperá el bipartidismo el 27 de mayo? Pronto para intuirlo.
martes, 20 de febrero de 2007
EL ARTE DEL PUNTAL Ácida crítica al maltrecho patrimonio berciano.

FERNANDO TASCÓN (LA CRÓNICA EL MUNDO 8-1-2.006)
Nos hemos pasado toda una vida académica dedicada al cíclico repaso de los modelos de columna clásica, para descubrir repentinamente que esa delicada conjunción de arquitectura y arte, esa serena mezcla entre estilo y resistencia se había convertido en un puntal de obra que sujeta las miserias de Santiago de Peñalba ¡San Genadio nos asista; a nosotros y al sacrosanto colegio de arquitectos! Por suerte, no todo está perdido: un puntal tan irreverentemente colocado en sustitución de la columna original puede considerarse un valor artístico añadido. Un vistazo a la iglesia de Peñalba se actualiza hoy con esa presencia insolente y metálica que funciona a rosca. Poner un puntal en la joya mozárabe es de tal atrevimiento vanguardista que no me explico cómo es posible que todavía no hayan pedido el traslado del conjunto al Musac: por una parte para rellenar alguna de las salas y por otra, para no perder la oportunidad de practicar el ancestral deporte de llevarse a León las cosas de valor del Bierzo. Un puntal de obra en Peñalba es una advertencia de cuáles pueden ser las funestas consecuencias del deterioro patrimonial. En Castilla y León hemos encargado el mantenimiento patrimonial a Manolo y Benito. Se derrocha un potosí en lucir las iglesias de Ponferrada, de más que dudoso valor artístico, y mientras tanto, se deja puesto un puntal para sujetar una de las preciosidades históricas de la tebaida berciana, verdadero elemento singular de valores inabarcables por la humilde prosa que aquí asoma. Ustedes, al igual que nosotros, conocieron que las columnas clásicas pertenecían a una de las tres categorías conocidas como dórica, jónica y corintia; ahora, hemos descubierto otra más, la columna jódica, un elemento de sustentación que, cuando lo ves por primera vez, te obliga a expresar un sonoro: ¡no me jodas! Esperamos que las autoridades competentes se hayan pertrechado, sea por medio de carta a los reyes magos o por méritos propios, del auténtico kit del restaurador actual, un cajón lleno de utilidades de primera necesidad para casos de rotura o desprendimiento. Rollos de cinta adhesiva, tubos de loctite e imedio, esparadrapo sanitario, lija gruesa y una trece-catorce para reparar las fracturas en la piedra; plástico de invernadero para los problemas de filtración; masilla para pegar las vidrieras; escuadras para sujetar las gárgolas y pintura plástica para tapar defectos.
Ahora ya sabemos por qué se rompió la columna original, no fueron ni la humedad, ni el paso de los años, ni la dejación de responsabilidades administrativas, ni los ataques vandálicos anticlericales ni los terremotos: la columna se partió de risa al saber con qué iban a cubrir el hueco que dejasen sus pedazos.
Ahora ya sabemos por qué se rompió la columna original, no fueron ni la humedad, ni el paso de los años, ni la dejación de responsabilidades administrativas, ni los ataques vandálicos anticlericales ni los terremotos: la columna se partió de risa al saber con qué iban a cubrir el hueco que dejasen sus pedazos.
viernes, 2 de febrero de 2007
La Crónica-El Mundo: Viernes, 02 de febrero de 2007

JOSÉ LUIS SUÁREZ ROCA
Por el camino de la ficción
«Hay mucho esquizofrénico en Ponferrada, te lo digo yo, muchos más de los que tú te imaginas.» Ella es una joven abogada, de vez en cuando le toca una de esas guardias nocturnas que hay que hacer en la comisaría, así que no seré yo quien ponga en duda tal sentencia. Y se sobreentiende que lo que hay es mucho esquizofrénico 'suelto', no encerrado. ¿Qué demonios pues está ocurriendo aquí? ¿Cómo se puede saber si nos hallamos ante uno de esos esquizofrénicos sueltos? ¿A cuantos kilómetros estamos todavía del peligro real?
Pero a este lado de la ardiente y apostólica ciudad de Ponferrada, más que el misterioso 'proceso' de los esquizofrénicos, preocupa hoy lo que pueda pasar una vez que todos ellos -o sea La Junta, el Consejo, el Consistorio, el Obispado, la Falange Angelical del Bierzo, etc.-- abran las puertas comarcales de las 'Edades del Hombre'. ¿Serán adecuadas las estrategias que se están perfilando para atraer al mayor número de devoradores de arte sacro y no sacro? No estoy insinuando que algo habría que hacer con todos esos esquizofrénicos hermosos y malditos que andan sueltos por ahí. Pero nunca se sabe a este lado del purgatorio... ¿Dónde coños está encerrada la verdadera Cruz de Peñalba? Donde no debiera estar. ¿Y después de las 'Edades' cuál habría de ser el destino final de nuestra Cruz? Tal vez para entonces el verbo se haya hecho agua y no sea ya posible que habite entre nosotros.
'Yo soy el Camino' nos parece por el momento un lema seductor, tremendamente artístico, de lo más poéticamente persuasivo que se ha podido idear para promocionar las Edades Bercianas del Hombre. «Yo soy el Camino de Santiago», dice efectivamente el propio Camino. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida», dijo cierto día Jesucristo. «Yo soy el Camino, así que siempre que te sientas perdida, llámame», no cesa de decirnos por Internet la mística Vassula Ryden. «Si tú eres la yegua de ámbar, yo soy el camino de sangre», dicen los primeros versos de un poema alucinante de Octavio Paz. De manera que, por ese camino, seguro que no habrá pérdidas. Ya estoy oyendo la voz de un cura muy amigo mío: «Las 'Edades del Hombre' derrotarán por fin a todas esas potencias comarcales del Mal que cortapisan el Camino del Bierzo.»
«La ficción suspende la realidad e invita a vivir otra no menos real», repiten los comediantes, cantantes y políticos que salen actualmente por las pantallas. Eso mismo ha querido significar el señor Ibarretxe al declarar temblando como un enfermo mental que España es un país de locos. Y ese es al fin y al cabo el Camino real por el que se van perdiendo todos los esquizofrénicos sueltos de Ponferrada y el resto de esta república cisastur. El Camino de la Ficción nos trae como por el camino de la amargura. Pero a veces es el único camino que podemos seguir para tratar de comprender qué es lo que está pasando aquí. ¿Por qué hay tanto esquizofrénico suelto por el Bierzo? ¿Por qué no nos sueltan de una puñetera vez la verdadera Cruz de Peñalba? ¿Es que no posee el estado del Bierzo un seguro calabozo religioso donde haya de quedar encerrada para siempre? «Yo soy el auténtico Camino», nos dice la Ficción cada día al levantarnos. Y por él nos vamos todos poco a poco reencontrando.
Pero a este lado de la ardiente y apostólica ciudad de Ponferrada, más que el misterioso 'proceso' de los esquizofrénicos, preocupa hoy lo que pueda pasar una vez que todos ellos -o sea La Junta, el Consejo, el Consistorio, el Obispado, la Falange Angelical del Bierzo, etc.-- abran las puertas comarcales de las 'Edades del Hombre'. ¿Serán adecuadas las estrategias que se están perfilando para atraer al mayor número de devoradores de arte sacro y no sacro? No estoy insinuando que algo habría que hacer con todos esos esquizofrénicos hermosos y malditos que andan sueltos por ahí. Pero nunca se sabe a este lado del purgatorio... ¿Dónde coños está encerrada la verdadera Cruz de Peñalba? Donde no debiera estar. ¿Y después de las 'Edades' cuál habría de ser el destino final de nuestra Cruz? Tal vez para entonces el verbo se haya hecho agua y no sea ya posible que habite entre nosotros.
'Yo soy el Camino' nos parece por el momento un lema seductor, tremendamente artístico, de lo más poéticamente persuasivo que se ha podido idear para promocionar las Edades Bercianas del Hombre. «Yo soy el Camino de Santiago», dice efectivamente el propio Camino. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida», dijo cierto día Jesucristo. «Yo soy el Camino, así que siempre que te sientas perdida, llámame», no cesa de decirnos por Internet la mística Vassula Ryden. «Si tú eres la yegua de ámbar, yo soy el camino de sangre», dicen los primeros versos de un poema alucinante de Octavio Paz. De manera que, por ese camino, seguro que no habrá pérdidas. Ya estoy oyendo la voz de un cura muy amigo mío: «Las 'Edades del Hombre' derrotarán por fin a todas esas potencias comarcales del Mal que cortapisan el Camino del Bierzo.»
«La ficción suspende la realidad e invita a vivir otra no menos real», repiten los comediantes, cantantes y políticos que salen actualmente por las pantallas. Eso mismo ha querido significar el señor Ibarretxe al declarar temblando como un enfermo mental que España es un país de locos. Y ese es al fin y al cabo el Camino real por el que se van perdiendo todos los esquizofrénicos sueltos de Ponferrada y el resto de esta república cisastur. El Camino de la Ficción nos trae como por el camino de la amargura. Pero a veces es el único camino que podemos seguir para tratar de comprender qué es lo que está pasando aquí. ¿Por qué hay tanto esquizofrénico suelto por el Bierzo? ¿Por qué no nos sueltan de una puñetera vez la verdadera Cruz de Peñalba? ¿Es que no posee el estado del Bierzo un seguro calabozo religioso donde haya de quedar encerrada para siempre? «Yo soy el auténtico Camino», nos dice la Ficción cada día al levantarnos. Y por él nos vamos todos poco a poco reencontrando.
viernes, 26 de enero de 2007

Publicado en La Crónica-El Mundo el 25-01-2007
SANTIAGO MACÍAS
SANTIAGO MACÍAS
Rompiendo una lanza
En las últimas semanas han sido varias las referencias hacia el Partido de El Bierzo por su iniciativa de colocar dos pancartas reivindicativas en un lateral del castillo de Ponferrada y en el balcón de la sede del Consejo Comarcal. En ellas, los bercianistas reclamaban la inclusión del Bierzo en el articulado de la futura reforma del estatuto de Castilla y León y no solo en el preámbulo del mismo. A simple vista, la propuesta del PB no va en la línea independentista, separatista o anexionista que desde algunos círculos se le ha querido asignar, por eso creo que están fuera de lugar algunas voces que situaban a esta formación a la altura de otros partidos de la esfera política del país. En un régimen de libertades, tan legítima es la discrepancia política dentro del juego democrático como la defensa de cualquier opción por muy minoritaria que sea. Por eso creo que asignar a los miembros del Partido de El Bierzo el papel de independentistas radicales es un exceso, un error y una tremenda injusticia. La reclamación del PB no sólo es legítima, si no que se apoya en un consenso de todos los grupos políticos en 1991, que ha permitido al Consejo Comarcal contar con competencias que mejoraron la calidad de vida en todos los municipios del Bierzo. Los que ven un problema en este tipo de movimientos encontrarán su origen dando una vuelta por el Bierzo. Un claro ejemplo es el abandono del patrimonio berciano por parte de las instituciones, cuyas consecuencias han quedado al aire recientemente, y que es una forma de sembrar cosechas que recogerán y alimentarán a esos movimientos. Por otro lado, no hay que olvidar que el gran problema de algunas señas de identidad en este y otros lugares empieza en el momento en que éstas son impuestas. De la primera a la última y en todos los ambientes, desde la aldea más pequeña a la nación más extensa. Por eso entiendo a aquellos a los que les cuesta aceptar algunos términos o identidades que, desde hace años, otros están empeñados en poner exclusivamente a su nombre o en borrarlos de un plumazo. Una buena terapia contra los supuestos problemas de solidaridad en nuestro propio país es hacerlo antes con los que son más evidentes, esos que afectan al espacio que compartimos todos y que es la humanidad. Mientras tanto, la semana nos deja otros detalles que pasaron desapercibidos pero que invitan a la preocupación. El primero, el tríptico que han recibido miles de ciudadanos en sus casas y que firma un grupo ultraderechista y xenófobo denominado Alianza Nacional, y que pretende instalarse en nuestra ciudad. En él, estos nuevos salvapatrias nos alertan de la pérdida de nuestra identidad racial por culpa de la inmigración o la legalización del aborto y los matrimonios entre homosexuales. Y el segundo, el comportamiento de algunos energúmenos en las gradas del Toralín durante el último partido de la Ponferradina, con gritos simiescos contra los jugadores negros del Alavés cada vez que tocaban la pelota; detrás de mi asiento había un par de individuos que los imitaban a la perfección, hasta el punto de quedarme con la duda... www.santiagomacias.bitacoras.com
Públicado en Diario de León 15 de Diciembre de 2006
Fuensaldaña y los siete
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
HA TENIDO que ser un 13, aunque no martes, sino miércoles, de diciembre y de 2006. Una fecha que para siete jóvenes bercianos difícilmente podrá ser olvidada. Siempre se ha lamentado el Partido del Bierzo de su falta de representación política tanto en la Diputación de León como en las Cortes, si bien no por ello ha dejado de batallar en forma de constante reivindicación desde fuera de ambas. Pero después de largos años, al fin ha tenido, como se suele decir, su minuto de gloria en un simbólico y representativo emplazamiento: el Parlamento autonómico. Ha sido un instante breve, pero intenso y, sobre todo, muy gráfico. Justo cuando el Pleno de las Cortes se disponía a abordar la designación de los procuradores que defenderán en el Congreso de los Diputados el proyecto del nuevo Estatuto de Castilla y León, siete representantes del PB desplegaban desde la zona de invitados del hemiciclo una bandera berciana y una pancarta en la que podía leerse: «El Bierzo es más que un preámbulo», en alusión al estatus conferido a la comarca en la reforma estatutaria pactada por PP y PSOE. Y a todo esto, justo debajo, el Grupo Mixto, integrado por dos claros referentes del leonesismo, sin olvidarnos de los procuradores bercianos de los dos grandes partidos, alguno de los cuales, por cierto, nos cuentan que llegó a poner su pulgar hacia arriba durante el «plenus interruptus». Es curioso, ¿verdad? Que se ponga el pulgar hacia arriba, cuando el del Consejo Comarcal del Bierzo, después de 15 años de¿ -mejor callarse-, usualmente ha estado hacia abajo. Esta vez han sido siete los que han irrumpido en Fuensaldaña, pero a buen seguro que de ese instante «exhibicionista» se han sentido cómplices más. Y aquí no estamos para fomentar o crear heroísmos, sino para que gestos como éste lleven a PP y PSOE, de una vez, a ponerse de acuerdo sobre qué quieren hacer con la Ley de la Comarca y el Consejo, una institución que, lejos de ser referente común de bercianos y bercianas, genera desde hace ya tiempo apatía e incluso, tras algún que otro más que lamentable episodio vivido en su historia reciente, cierta animadversión. Resullta cansino, molesto e insultante el permanente tira y afloja político dentro y fuera de ella. Si París bien vale una moza, como reza la película de Lazaga, Fuensaldaña una pancarta, han debido pensar sus portadores tras comprobar los «avances» en los últimos meses de PP y PSOE sobre la reforma comarcal.
Fuensaldaña y los siete
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
HA TENIDO que ser un 13, aunque no martes, sino miércoles, de diciembre y de 2006. Una fecha que para siete jóvenes bercianos difícilmente podrá ser olvidada. Siempre se ha lamentado el Partido del Bierzo de su falta de representación política tanto en la Diputación de León como en las Cortes, si bien no por ello ha dejado de batallar en forma de constante reivindicación desde fuera de ambas. Pero después de largos años, al fin ha tenido, como se suele decir, su minuto de gloria en un simbólico y representativo emplazamiento: el Parlamento autonómico. Ha sido un instante breve, pero intenso y, sobre todo, muy gráfico. Justo cuando el Pleno de las Cortes se disponía a abordar la designación de los procuradores que defenderán en el Congreso de los Diputados el proyecto del nuevo Estatuto de Castilla y León, siete representantes del PB desplegaban desde la zona de invitados del hemiciclo una bandera berciana y una pancarta en la que podía leerse: «El Bierzo es más que un preámbulo», en alusión al estatus conferido a la comarca en la reforma estatutaria pactada por PP y PSOE. Y a todo esto, justo debajo, el Grupo Mixto, integrado por dos claros referentes del leonesismo, sin olvidarnos de los procuradores bercianos de los dos grandes partidos, alguno de los cuales, por cierto, nos cuentan que llegó a poner su pulgar hacia arriba durante el «plenus interruptus». Es curioso, ¿verdad? Que se ponga el pulgar hacia arriba, cuando el del Consejo Comarcal del Bierzo, después de 15 años de¿ -mejor callarse-, usualmente ha estado hacia abajo. Esta vez han sido siete los que han irrumpido en Fuensaldaña, pero a buen seguro que de ese instante «exhibicionista» se han sentido cómplices más. Y aquí no estamos para fomentar o crear heroísmos, sino para que gestos como éste lleven a PP y PSOE, de una vez, a ponerse de acuerdo sobre qué quieren hacer con la Ley de la Comarca y el Consejo, una institución que, lejos de ser referente común de bercianos y bercianas, genera desde hace ya tiempo apatía e incluso, tras algún que otro más que lamentable episodio vivido en su historia reciente, cierta animadversión. Resullta cansino, molesto e insultante el permanente tira y afloja político dentro y fuera de ella. Si París bien vale una moza, como reza la película de Lazaga, Fuensaldaña una pancarta, han debido pensar sus portadores tras comprobar los «avances» en los últimos meses de PP y PSOE sobre la reforma comarcal.
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