Públicado en Diario de León 15 de Diciembre de 2006
Fuensaldaña y los siete
JOSÉ A. ÁLVAREZ FIERRO
HA TENIDO que ser un 13, aunque no martes, sino miércoles, de diciembre y de 2006. Una fecha que para siete jóvenes bercianos difícilmente podrá ser olvidada. Siempre se ha lamentado el Partido del Bierzo de su falta de representación política tanto en la Diputación de León como en las Cortes, si bien no por ello ha dejado de batallar en forma de constante reivindicación desde fuera de ambas. Pero después de largos años, al fin ha tenido, como se suele decir, su minuto de gloria en un simbólico y representativo emplazamiento: el Parlamento autonómico. Ha sido un instante breve, pero intenso y, sobre todo, muy gráfico. Justo cuando el Pleno de las Cortes se disponía a abordar la designación de los procuradores que defenderán en el Congreso de los Diputados el proyecto del nuevo Estatuto de Castilla y León, siete representantes del PB desplegaban desde la zona de invitados del hemiciclo una bandera berciana y una pancarta en la que podía leerse: «El Bierzo es más que un preámbulo», en alusión al estatus conferido a la comarca en la reforma estatutaria pactada por PP y PSOE. Y a todo esto, justo debajo, el Grupo Mixto, integrado por dos claros referentes del leonesismo, sin olvidarnos de los procuradores bercianos de los dos grandes partidos, alguno de los cuales, por cierto, nos cuentan que llegó a poner su pulgar hacia arriba durante el «plenus interruptus». Es curioso, ¿verdad? Que se ponga el pulgar hacia arriba, cuando el del Consejo Comarcal del Bierzo, después de 15 años de¿ -mejor callarse-, usualmente ha estado hacia abajo. Esta vez han sido siete los que han irrumpido en Fuensaldaña, pero a buen seguro que de ese instante «exhibicionista» se han sentido cómplices más. Y aquí no estamos para fomentar o crear heroísmos, sino para que gestos como éste lleven a PP y PSOE, de una vez, a ponerse de acuerdo sobre qué quieren hacer con la Ley de la Comarca y el Consejo, una institución que, lejos de ser referente común de bercianos y bercianas, genera desde hace ya tiempo apatía e incluso, tras algún que otro más que lamentable episodio vivido en su historia reciente, cierta animadversión. Resullta cansino, molesto e insultante el permanente tira y afloja político dentro y fuera de ella. Si París bien vale una moza, como reza la película de Lazaga, Fuensaldaña una pancarta, han debido pensar sus portadores tras comprobar los «avances» en los últimos meses de PP y PSOE sobre la reforma comarcal.
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