viernes, 2 de febrero de 2007

La Crónica-El Mundo: Viernes, 02 de febrero de 2007
JOSÉ LUIS SUÁREZ ROCA
Por el camino de la ficción
«Hay mucho esquizofrénico en Ponferrada, te lo digo yo, muchos más de los que tú te imaginas.» Ella es una joven abogada, de vez en cuando le toca una de esas guardias nocturnas que hay que hacer en la comisaría, así que no seré yo quien ponga en duda tal sentencia. Y se sobreentiende que lo que hay es mucho esquizofrénico 'suelto', no encerrado. ¿Qué demonios pues está ocurriendo aquí? ¿Cómo se puede saber si nos hallamos ante uno de esos esquizofrénicos sueltos? ¿A cuantos kilómetros estamos todavía del peligro real?
Pero a este lado de la ardiente y apostólica ciudad de Ponferrada, más que el misterioso 'proceso' de los esquizofrénicos, preocupa hoy lo que pueda pasar una vez que todos ellos -o sea La Junta, el Consejo, el Consistorio, el Obispado, la Falange Angelical del Bierzo, etc.-- abran las puertas comarcales de las 'Edades del Hombre'. ¿Serán adecuadas las estrategias que se están perfilando para atraer al mayor número de devoradores de arte sacro y no sacro? No estoy insinuando que algo habría que hacer con todos esos esquizofrénicos hermosos y malditos que andan sueltos por ahí. Pero nunca se sabe a este lado del purgatorio... ¿Dónde coños está encerrada la verdadera Cruz de Peñalba? Donde no debiera estar. ¿Y después de las 'Edades' cuál habría de ser el destino final de nuestra Cruz? Tal vez para entonces el verbo se haya hecho agua y no sea ya posible que habite entre nosotros.
'Yo soy el Camino' nos parece por el momento un lema seductor, tremendamente artístico, de lo más poéticamente persuasivo que se ha podido idear para promocionar las Edades Bercianas del Hombre. «Yo soy el Camino de Santiago», dice efectivamente el propio Camino. «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida», dijo cierto día Jesucristo. «Yo soy el Camino, así que siempre que te sientas perdida, llámame», no cesa de decirnos por Internet la mística Vassula Ryden. «Si tú eres la yegua de ámbar, yo soy el camino de sangre», dicen los primeros versos de un poema alucinante de Octavio Paz. De manera que, por ese camino, seguro que no habrá pérdidas. Ya estoy oyendo la voz de un cura muy amigo mío: «Las 'Edades del Hombre' derrotarán por fin a todas esas potencias comarcales del Mal que cortapisan el Camino del Bierzo.»
«La ficción suspende la realidad e invita a vivir otra no menos real», repiten los comediantes, cantantes y políticos que salen actualmente por las pantallas. Eso mismo ha querido significar el señor Ibarretxe al declarar temblando como un enfermo mental que España es un país de locos. Y ese es al fin y al cabo el Camino real por el que se van perdiendo todos los esquizofrénicos sueltos de Ponferrada y el resto de esta república cisastur. El Camino de la Ficción nos trae como por el camino de la amargura. Pero a veces es el único camino que podemos seguir para tratar de comprender qué es lo que está pasando aquí. ¿Por qué hay tanto esquizofrénico suelto por el Bierzo? ¿Por qué no nos sueltan de una puñetera vez la verdadera Cruz de Peñalba? ¿Es que no posee el estado del Bierzo un seguro calabozo religioso donde haya de quedar encerrada para siempre? «Yo soy el auténtico Camino», nos dice la Ficción cada día al levantarnos. Y por él nos vamos todos poco a poco reencontrando.

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